Los registros parroquiales
Uno de los principales recursos de los que nos nutrimos los genealogistas son los registros parroquiales. ¿Qué son? Te explico:
Con la expansión del protestantismo en Europa, los cristianos católicos se reunieron en el Concilio de Trento (1545-1563) con el fin de definir la doctrina católica. En este mismo concilio se estableció que las parroquias debían, a partir de entonces, llevar un registro de los nacimientos, matrimonios y defunciones de sus feligreses. Algunas ya lo habían empezado a hacer anteriormente, pero no era lo común. ¿Y qué tiene que ver esto con la genealogía? Pues mucho, dado que gracias a estos documentos podemos reconstruir el árbol genealógico de cualquier persona.
¿Qué podemos encontrar en cada anotación? Vayamos por tipo de registro:
BAUTISMO

- Fecha del nacimiento (muchas veces incluso indican la hora).
- Nombre completo.
- Nombre, procedencia y profesión de padres, abuelos y padrinos (las mujeres no trabajaban fuera del hogar, por eso la profesión figura sólo para los hombres).
MATRIMONIO

- Fecha de matrimonio.
- Estado civil de los contrayentes (solteros o viudos, incluso a veces indicando de quién son viudos).
- Nombre y procedencia de los padres de los contrayentes.
- Datos de los testigos.
DEFUNCIÓN

- Nombre del difunto.
- Nombre del padre (a veces también de la madre), si se trataba de un niño.
- Si se celebraba alguna misa por su alma.
- Otros datos que a veces aparecen: a qué casa pertenecía el difunto; si existe testamento y dónde (súper útil); causa de la muerte.
Hay algunos casos, sobre todo al principio de establecerse esta norma, en que no se seguía a rajatabla y puede faltar información relevante. Pero normalmente consta lo esencial para poder seguir “tirando del hilo”.
¡Buah! ¡Qué maravilla! ¿Y qué tan fácil parece? Pues no. ¡Ja, ja, ja! Si fuera fácil, no sería tan divertido.
¿Dónde está el problema?
Bueno, tenemos que hablar de problemas (en plural). Detallémoslos:
- ¿Se conservan estos archivos?
Durante la Guerra Civil española muchas iglesias fueron saqueadas y quemadas. Y ahí sí que es difícil seguir. Hay otros recursos (censos de vecinos, catastros —dependiendo de la época—, testamentos…), pero alargan más la investigación. - En el caso de que se conserven, ¿se puede acceder a ellos?
En principio, cualquier persona tiene derecho a acceder a este tipo de documentos siempre que tengan más de 100 años de antigüedad.- Dependiendo de la diócesis a la que pertenezca la iglesia, la documentación se conserva en un sitio u otro: normalmente en el archivo de la diócesis o en la misma iglesia.
- En el primer caso suele ser de fácil acceso, aunque conozco una diócesis que no permite la entrada a investigadores… pero eso es otro cantar.
- En el segundo, cuesta más acceder, ya que uno tiene que ponerse en contacto con el párroco para concertar una cita. Creedme: encontrar al mosén puede llevar tiempo. Y si la iglesia está en un lugar remoto, ni te cuento. Para que os hagáis una idea, un párroco de un pueblo de Sevilla tardó dos meses en responderme. Y pobre, no le culpo: me contó que llevaba dos parroquias y no daba abasto. Y eso que tuve la suerte de que aquella parroquia tenía dirección de e-mail; si no, el asunto se complica aún más.
- ¿Hay índice alfabético?
Me refiero a que el libro tenga un listado de los nombres anotados, ordenados alfabéticamente. Sí, sí: tal cual. Cambia muchísimo si un libro de más de 800 páginas tiene índice o no. En caso negativo, hay que pasar página a página y comprobar cada asiento… La paciencia es fundamental. ¡Ah! Y a veces el índice está ordenado por nombre y no por apellido… - ¿Es legible?
Hay veces que las páginas están rotas, o directamente falta la página entera. Muchas veces el paso del tiempo ha hecho mella en los documentos y son prácticamente ilegibles. Otras, el escribano habría necesitado más clases de caligrafía… Os pongo un ejemplo muy gráfico:

Por este motivo es muy difícil saber cuánto puede durar una investigación genealógica. Depende de muchos factores ajenos al investigador. Por eso, cuando alguien me contacta, necesito hacer un primer análisis de “cómo está el patio” para poder dar un tiempo y presupuesto estimado.
¿Qué necesitas para acceder a ellos?
- El nombre de la persona que buscas.
- El lugar de nacimiento.
- Una fecha aproximada.
Funciona como el Registro Civil: se inscribe a la persona donde sucede el hecho. Si en el pueblo de nacimiento hay más de una iglesia, tendrás que mirar una por una. Si nace en un pueblo y luego se traslada a otro, la defunción aparecerá donde haya fallecido (que no siempre coincide con el lugar de enterramiento). ¡Ah! Y un consejo: si buscáis el matrimonio de dos personas de localidades diferentes, normalmente la ceremonia se celebra en el pueblo de la esposa. De nada.
Releyendo esto puede dar la sensación de que intento desanimaros. Y no: para nada es mi intención. Solo quiero reflejar que el tema es más complejo de lo que parece. Para mí, esa complejidad es la salsa de la genealogía. Sería muy aburrido que todo fuera “sota, caballo y rey”. El hecho de buscar, investigar, pensar dónde más probar… qué queréis que os diga: disfruto como un niño con zapatos nuevos. Porque cuando, de repente, encuentras ese documento por el que llevas días suspirando y habías perdido la esperanza, la alegría es inmensa.
¡Os animo a que lo intentéis!