Los archiveros: esos ángeles de la guarda

archivero angel

En los últimos posts he estado hablando de diferentes archivos de los que podemos extraer información genealógica importante. Por eso hoy quiero dedicar este espacio a quienes hacen posible que esa información llegue a nuestras manos: los archiveros.

Sí, esos profesionales que rara vez aparecen en primera línea, pero que son absolutamente esenciales en cualquier investigación histórica o genealógica. Para mí, son auténticos ángeles de la guarda.

Una ayuda indispensable

He trabajado con muchos fondos documentales: algunos los he visitado en persona, otros los he consultado a distancia, vía email o teléfono. Y puedo decir con total sinceridad que nunca he tenido una mala experiencia.

Bueno, vale, puede que alguno no haya sido especialmente simpático algún día —todos somos humanos—, pero en general,  siempre están dispuestos a atenderte de la mejor manera posible.

Cuando comienzas en el mundo de la investigación genealógica, vas más perdido que un pulpo en un garaje. Saltas de un repositorio a otro sin saber bien dónde buscar. Y ellos lo notan. ¡Vaya si lo notan! Y siempre saben cómo orientarte sin que te sientas inepto:
“¿Has probado en tal sitio?”,
“Tal vez en esta institución tengan lo que buscas”,
“Llama a este número, quizá te puedan ayudar”…

Y así, una y otra vez. Con paciencia. Un auténtico lujo.

Nuestros ojos cuando no podemos ver

Muchas veces, los documentos que necesitamos están a cientos de kilómetros, y desplazarse no siempre es viable. En esos casos, dependemos completamente de ellos: son nuestros ojos en el archivo, quienes localizan, revisan y nos hacen llegar la información.

Confieso que al principio esto me generaba desconfianza. Me costaba aceptar que otra persona hiciera esa parte de la búsqueda por mí. Pero con el tiempo aprendí algo esencial: se puede confiar en ellos plenamente

Una conexión especial: archiveros e investigadores

Estoy convencida de que entre archiveros e investigadores genealógicos hay una conexión especial, lo que llaman hoy en día feeling. Compartimos algo muy profundo: el amor por el pasado. Esa sensibilidad que te da la pasión por la Historia, por la memoria, por conservar el conocimiento.

Gracias, de corazón

Algunos de ellos han dejado una huella especial en mi camino:

Al responsable del Archivo Intermedio Militar Sur, su llamada llena de emoción -¡casi más que yo!- cuando me dijo que había encontrado el expediente clínico de 1938 que andaba buscando.

Víctor, del Archivo General Militar de Ávila, que me ayudó en otra investigación y me dio consejos que aún hoy sigo.

Silvia, del Archivo Histórico de Gerona, que, aunque no encontré lo que buscaba, me envió un correo lleno de sugerencias útiles para continuar.

Neus, del fondo documental de la Universidad de Barcelona, que además resultó que sus padres eran muy amigos de unos familiares míos y pude ponerles en contacto después de muchos años. 

Y a todos aquellos con los que he intercambiado correos o hablado por teléfono…

GRACIAS.

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